Un Contrato por Diferencias (CFD) es un instrumento de inversión derivado al contado sin vencimiento, que permite realizar operaciones sobre los movimientos de los precios sin poseer el activo subyacente.
Los CFDs permiten obtener beneficios tanto en mercados alcistas como bajistas o ser utilizados como cobertura para las inversiones en acciones.
Los CFDs son productos Over The Counter (OTC), y como su nombre indica son contratos por diferencias, es decir, es un contrato entre dos partes que intercambian la diferencia entre el precio de entrada y el de salida, multiplicado por el número de acciones o índices que se acordaron. Por lo tanto, las pérdidas o ganancias derivan de la diferencia entre el precio al que fueron comprados y al que fueron vendidos.
El precio del CFD está vinculado al de su subyacente, el cual cotiza en un mercado organizado y del que conocemos su precio en todo momento. Los subyacentes de los CFDs en los que se puede invertir en Self Bank son: acciones nacionales e internacionales, los principales índices mundiales y materias primas.
Los CFDs son productos con apalancamiento, lo que permite tener una posición sobre un activo sin desembolsar la totalidad del coste de este, simplemente el margen requerido para dicha operación. Esta misma característica dota a este instrumento de un elevado riesgo, dado que el inversor puede perder más del capital invertido.
El precio del CFD está vinculado al de su subyacente, el cual cotiza en un mercado organizado y el que conocemos su precio en todo momento.
Ventajas
Elevado apalancamiento, que permite operar por un efectivo muy superior al que tenemos en la cuenta.
Ofrecen gran variedad de subyacentes (índices, acciones y materias primas) en mercados de todo el mundo.
Posibilidad de invertir al alza y a la baja, abriendo posiciones cortas y largas, en ambos casos con apalancamiento.
Al no realizar ninguna compra física y no ser titular del producto, estarás exento de pagos en concepto de costes bursátiles, de cámara, de mantenimiento, de correo o por abono de dividendos, que se aplican sobre los productos convencionales.
Te permiten desarrollar distintas estrategias: inversión, especulación, cobertura de carteras.
Replican directamente la evolución de un índice, acción o materia prima.
Sin importes mínimos de apertura de la cuenta para comenzar a operar y sin comisiones de mantenimiento de cuenta.
Los CFDs no tienen vencimiento y no hay que cambiar de contrato para mantener las posiciones a largo plazo (excepto en los CFDs sobre materias primas).
Antes de operar con dinero real puedes hacerlo con una cuenta de demostración gratuita.
Inconvenientes
Conlleva un elevado riesgo, pudiendo tener pérdidas mayores que el capital inicialmente invertido.
Operar en estos productos, considerados complejos, requiere conocimientos financieros y experiencia suficientes.
La operativa con apalancamiento a más de un día conlleva costes de financiación.
La inversión en CFDs requiere una vigilancia constante.
Se exigen unas garantías para abrir y mantener una posición. En caso de encontrarse el inversor fuera del límite de garantías establecido, puede producirse el cierre automático de posiciones.
Los CFDs son productos OTC, por lo que se negocian en mercados no regulados. Es un creador de mercado quien los emite y provee el precio.